-Despierta
cariño -Dijo mi madre con un tono dulce- Venga, va.... wake up -Dijo
zarandeándome- B por favor, vas a llegar tarde a la escuela y solo
quedan dos semanas para que llegue el verano. Mueve tu enorme culo
ya.
-Oggg
mamá, mi culo no es enorme. -Me tapé con la sabana- Dejame dormir,
tengo muchísimo sueño.
-Normal,
te quedas hasta las tantas escuchando al grupo de los cinco tíos
buenos y a saber a que hora te acuestas.
-Me
traumáis con vuestros gemidos mamá -La maté con la mirada- Oh,
Francisco, no pares... -Imité su voz- ¿Es que no se os cae la cara
de vergüenza? -Suspiré- Me da asquito.
-No
te dará tanto cuando lo hagas. -Sacó una sonrisa pícara-
-¡Mamá!
-Grité y esta carcajeó-
-Anda,
levantate cielo. Tu hermano ya se ha ido y como sigas en la cama,
llegarás tarde a la escuela y perderás el tren.
-Está
bien mamá.
Me
levanté corriendo, cogí unos pantalones negros, pitillos, rotos por
las rodillas, una camiseta de tirantes blanca con estampado de flores
y mi ropa interior. Me metí en la ducha. Creo que, la ducha más
rápida que me di en toda mi vida. Me cambié a la velocidad de la
luz, sequé un poco mi pelo con una toalla, me peiné, me pinté un
poco los ojos y me dirigí a mi habitación. Me calcé mis queridas
vans, cogí mi bolso, mi carpeta y bajé a bajo.
-Mamá,
me voy. Desayuno algo por el camino que si no, no llego. ¡Te quiero!
-Dije mientras salía de casa-
Fui
corriendo hasta la estación de tren, compré el ticket... ¡Bien! El
tren no llegaba hasta dentro de diez minutos. Salí a fuera, entré
en la panadería que estaba en la esquina y con toda la tranquilidad
del mundo, me compré un zumo y un donut. Volví a la estación y me
senté en el banco a esperar que pasase el tren, mientras desayunaba.
El
tren se había parado, pulsé el botón y las puertas se abrieron, me
adentré y busqué un sitio libre. ¡Bien! Había uno de cuatro
vacío. Me senté, saqué mi móvil y conecté los auriculares, me
los puse y enchufé la música. Iba mirando el paisaje, solo eran
unos quince minutos de viaje en tren, así que no debía quedarme
dormida, pero me fue algo imposible. Cerré los ojos y, a los cinco
minutos los abrí sobresaltada. Miré donde estaba... no me resultaba
familiar nada de eso. Miré mi reloj, eran las 10:30 de la mañana.
¡Muy bien B, te has quedado dormida en el tren y ahora vete tu a
saber donde estás!
-”Próxima
parada, el Clot d'Aragó”.
¡Mierda,
mierda y más mierda! ¿Que coño hacía yo ahora? El tren se paró.
Suspiré, bajé y no muy convencida llamé a mi madre.
-¿Que
pasa honey? -Dijo mi madre una vez cogió el teléfono-
-Mamá,
no voy a la escuela hoy ¿Vale?
-¿Porque
hija? ¿Que ha pasado?
-Verás...
Me he quedado dormida y he aparecido en Barcelona -Solté un suspiro-
No se que tren tengo que coger, ni como volver... ¿Que hago?
-Eres
un desastre B. -Suspiró- Coge el metro, la línea 1 si no estoy
equivocada, subes en él y te bajas a la cuarta parada, cuando estés
a bajo, sales a las calles de afuera. No tiene pérdida. Al salir de
las calles te vas a la izquierda y verás la Maquinista de fondo.
¿Tienes la tarjeta verdad?
-Si
má.
-Bien,
pues ya sabes. Enviaré al chófer allí a las tres. Diviértete.
-Dicho eso colgó-
¿Qué?
¿Se supone que me tenía que quedar en la Maquinista hasta que
viniera el chófer? Esto no me podía estar pasando a mi. Suspiré.
Guardé la carpeta dentro de mi bolso, cogí el metro que mamá me
había indicado, bajé a la cuarta parada y salí a la calle. ¿Dijo
que tenía que tirar hacia la izquierda? Si, creo que si. Y mamá no
estaba equivocada, de fondo se veía la Maquinista y tenía que pasar
por aquel puente que no me gustaba nada. Solté otro suspiro.
Iba
tan concentrada en lo que me había pasado que no me había dado
cuenta que, la Maquinista estaba llena. ¿Se puede saber que hace
llena un miércoles? Niñas gritando, madres desesperadas, padres
insoportables. Me fijé en una niña, no tendría más que siete
años, llevaba la cara pintada y los brazos igual. “David, Álvaro,
Auryn” Eso es lo que ponía. ¿Enserio? Pasé de todos ellos. Al
llegar, la plaza de a bajo estaba a rebosar de gente. ¡Esto es un
puto agobio! Entré al Blanco, estuve mirando ropa.
Si.
¡Que raro! Si mis amigas me viesen, se reirían de mi. ¿Sabéis
porqué? Porque según ellas, las de la “alta sociedad” no se
compran ropa mediocre que no vale ni un duro. Sinceramente, eso me la
sudaba bastante. Si, era rica, pero no era engreída como ellas. Vale
que, de vez en cuando, me permitía un capricho o era la niña mimada
de papá, pero esto de ser rica, a mi ni me iba ni me venía. Y os
preguntaréis ¿Que haces con unas amigas así que solo les importa
el físico y el dinero? Pues, llevo con ellas desde que tengo uso de
razón y, por razones que desconozco, mi padre siempre me obligó a
ir con ellas.
Las
horas pasaban. Y yo estaba embobada con Hollister. Adoraba los
pantalones, las sudaderas y las camisetas que había allí. Era mi
perdición. Entré en la sección de chicos, y le compré una
sudadera a mi hermano. ¿Una sudadera? ¿Con la calor que hace? Si,
estoy loca, pero soy así. Me llamó la atención un gorro de lana,
de color azul con el símbolo de Hollister en un lado. “Esto
a Carlos le gustará” pensé.
Si, se que puedo parecer un poco bipolar. Y la verdad es que ya no
sabía que hacer. Era amante de Auryn, fan fanática, se podría
decir que hasta tenía un twitter dedicado a ellos que, lo llevaba en
secreto. Todas esas menciones, favoritos y retweets que me dieron los
chicos, no los podía compartir con mis amigas porque, según ellas,
solo eran unos aficionados de la música y simplemente estaban
buenos. En varias ocasiones fui a verles, eran taaan adorables. Sobre
todo Álvaro. Era mi perdición.
Al
acabar de pagar, salí de la tienda. ¡Eran casi la una! Dios, tengo
hambre. Necesito comer. ¡Que glotona!. Saqué el móvil de mi bolso
con dificultad. Contesté a los whatsapps que tenía y me conecté en
twitter. Pude ver como las Auryners de Barcelona twitteaban ansiosas
por ver a los chicos. Así que, Auryn estaba por allí. Sin previa
atención hacia donde iba, choqué. Caí al suelo. Mi móvil cayó
conmigo igual que las bolsas, dejando toda la ropa fuera de las
bolsas.
-Oh,
lo siento -Me apresuré a decir- Iba distraída con el móvil y no vi
por donde iba. -Me incorporé y metí todo en las bolsas, ni siquiera
miré con quien me había chocado- Lo siento mucho, de verdad.
-Tranquila.
No pasa nada. -Dijo una voz, extremadamente reconocible. Me levanté
del suelo y miré quien era-
-Dios
mío. -Dije cuando supe quien era-
-¿Que?
-Dijo el chico riendo-
-Eres...
eres tu. -El rubio se giró y soltó una carcajada-
-Supongo
que si... Auryner ¿cierto?
-Yo...
yo... si -Noté como me sonrojaba y suspiré- Yo.. Hay dios. Parezco
tonta -El rubio volvió a soltar una carcajada-
-Normal,
tienes aun dios griego delante tuya -Me guiñó el ojo-
-Oh,
vamos Carlos -Intenté cruzar de brazos pero, por culpa de las bolsas
no pude- No seas egocéntrico ¿Quieres? -Sonreí- Por cierto, se que
tienes uno parecido y de la misma marca, pero no he podido resistirme
-Dije mientras habría la bolsa y buscaba el gorro- Toma -Dije cuando
lo tenía en mis manos-
-Dios,
eres la mejor! -Dijo mientras me abrazaba- Perdí mi gorro rojo -Hizo
un puchero y se puso el gorro- Me queda bien?
-Claro,
es la M -Le guiñé el ojo-
-Dios,
te adoro -Volvió a abrazarme- Por cierto, no se tu nombre...
-Me
llamo B -Carlos hizo una mueca e intentó reprimir una risa. Normal,
estaba acostumbrada a que me llamasen B, que ya ni me acordaba de mi
nombre original- Blanca -Suspiré- Lo siento, es que estoy
acostumbrada que mis amigas y mi familia me llamen B, que a veces se
me olvida mi nombre -Volví a sonrojarme-
-Encantado
B. No te importa que te llame así ¿verdad?
-Claro
que no, es un gusto para mi C -Le miré y se rió-
-Por
favor, llamame Carlos, o Charlie como quieras, pero C no... te lo
suplico.
-Está
bien. -Sonreí- Bueno... no te entretengo más. Me voy a comer, un
placer haber hablado contigo Carlos.
-El
placer es mío -Sonrió-
Hice
un amago de irme, pero Carlos me cogió de la muñeca y me miró.
-Oye...
¿Porque no te vienes a comer con nosotros? -Preguntó amablemente-
-No
-Le miré y se sorprendió- Quiero decir, no quiero molestar.
Estaréis ocupados y a parte, hay un montón de chicas por la
Maquinista esperando a que aparezcáis y me mirarían raro y.. no es
lo que más necesito en estos momentos.
-No
molestas chiquilla -Dijo Carlos-
-No,
en serio... Me encantaría ir a comer con vosotros pero... no puedo
-Suspiré-
-Entonces,
permiteme por lo menos tener tu número de teléfono, así podríamos
estar en contacto y podemos quedar un día de estos -Sonrió-
-Está
bien, te doy mi número a cambio de que te hagas una foto conmigo.
-Le devolví la sonrisa-
-Eso
está echo.
¡Uy!
Pero que maleducada soy. Me presento, soy Blanca aunque todos me
llaman B, tengo el pelo largo y castaño, ojos verdes y unos labios
finos, mido 1.59. Soy hija de Francisco Suárez, el empresario más
famoso o adinerado de toda Barcelona, como le queráis llamar. Mi
padre tiene uno de los hoteles más caros y lujosos de Barcelona y
eso es decir, en el solo van famosos y la gente que se lo puede
permitir. Mis mejores amigas son Julieta y Serena, aunque eso de
mejores amigas podemos ponerlo en duda.
En
fin, esa soy yo, y así empieza mi historia.
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Feliz 2014!!!!!!!! :) Aquí os dejo el primer capítulo, espero que os guste y que lo disfrutéis. Se que es corto... Más bien casi todos son cortos, pero poco a poco los iré haciendo un pelín más largos. LO PROMETO!
Dejar vuestra opinión y si tenéis alguna duda, preguntar en el ask, allí os responderé :) (http://ask.fm/smileerauryner)
@SmileerAuryn
Hola cielo!!!
ResponderEliminarME ENCANTA!!! No podias haber empezado mejor!! lo que me he reido con el principio con la madre y con lo del tren, me encanta!!
Con ganas enormes de saber mas sobre B y cuando conocerá a su principe Álvaro.
Besos, María
Me alegro de que te guste!!! :) jajajaja
ResponderEliminarPronto sabrás más (;
Besitos!
Me ha encantado. Me has dejado con la intriga de qué pasará en el próximo episodio.
ResponderEliminarPor ahora me está gustando mucho la novela, tiene aspectos muy dignos para una novela, y sé que me engancharé.
Impaciente estoy.
SIGUIENTE :)