domingo, 13 de abril de 2014

Capitulo 9





Era lunes por la mañana. Me preparé para ir al instituto. Me vestí con una falda negra, un top también negro pero enseñaba la barriga, me puse unas medias que llegaban hasta por encima de la rodilla, negras también y mis queridas victoria de plataforma. Cogí mi bolso y salí de casa sin desayunar ni nada, no tenía hambre y tenía que hablar muy seriamente con Julieta. Cuando llegué al colegio, fui hasta donde siempre nos encontrábamos, y allí estaba Julieta con Serena, riendo y comentando cosas sobre el viernes noche. Me encaminé hacia ellas, enfurecida.

-Tu. -Grité. Julieta me miró y dejó de sonreír- Como te atreves. -Me planté delante de ella-
-¿De que estás hablando?
-Tu sabes perfectamente de lo que estoy hablando. Como coño se te ocurre darme un baso lleno de droga. ¿A caso estás loca?
-Oh, vamos B. No fue para tanto.
-¿Que no fue para tanto? Realmente estás demente. -Con mi dedo índice le toqué la sien- No quiero que te acerques a mi. -La miré-
-B, no digas bobadas.
-No digo bobadas Julieta. Te quiero lejos de mi, esto fue el colmo. Te has pasado de la raya. -La miré con desprecio-
-Solo lo hice para que te soltaras un poco. -Solté una carcajada-
-¿Para que me soltara un poco? ¿A caso tu estás demente? -Me crucé de brazos- Tranquila, yo no necesito revolcarme con nadie, no como tu. -Sentí su mano en mi mejilla- ¿Pero se puede saber porque me has pegado? -Me sobé la mejilla-
-Controla tus palabras B.
-Vete a la mierda Julieta. ¡A la mierda! -Grité- Te quiero lejos de mi, te quiero lejos de Alex. No te vuelvas a acercar a nosotros.
-¿O sino que? ¿Eh?
-No te las quieras ver conmigo Julieta. -Le advertí-
-No te tengo miedo B, tu eres incapaz de dañar a una mosca.
-No juegues conmigo. Tu no me has visto cabreada y créeme, cambio. Alejate de Alex. Como me vuelva a enterar que le pones una mano más encima, vas a cambiar de cara.

Me fui de allí, indignada y con el paso acelerado. ¿Como es que nunca me di cuenta? Saqué mi móvil y le envié un mensaje a Alex. Era raro que a estas horas no estuviera en el colegio. Iba tan concentrada en mi mundo que me choqué y caí al suelo.

-Lo siento.. lo siento -Dijo la chica levantándose-
-Mira por donde vas -Dije lo más borde que pude y me levanté del suelo-
-Lo siento... no me hagas nada.. por favor -La miré confundida-
-¿Porque tengo que hacerte algo? -Me crucé de brazos-
-Porque Julieta siempre me... -Se calló-
-Siempre ¿Que? -La miré-
-Siempre me maltrata -Suspiró- Toma, esto es tuyo.
-Gracias -Sonreí- Y tranquila, yo no soy como ella.
-Lo se -Sonrió- Por cierto, no he podido evitar mirar tu foto de pantalla -Se sonrojó- ¿Te gusta Auryn? -La miré y asentí- ¡Que guay! Por fin conozco a alguien que le guste -Dio un salto y reí-
-Pero no lo digas por ahí -Me miró confundida-
-¿Porqué? -Sonó el timbre-
-¿Que clase tienes ahora?
-Latín.
-Igual que yo -Sonreí- ¿Te importa si me siento contigo? -Le pregunté y me miró extrañada y asintió- Poca gente sabe que me gusta, según Julieta y Serena no valen la pena, pero yo no lo veo así. Son chicos muy simpáticos, o eso parece -Levanté los hombros- Por cierto, yo soy B.
-Lo sé -Sonrió- Yo soy Laura.


Pasamos casi todo el día juntas, por no decir todo. La verdad era una chica bastante maja. Me despedí de Laura cuando de lejos vi a Alex, hablando con Julieta. Corrí lo más rápido que pude y tomé la mano de Alex.

-Amor. ¿Nos vamos? -Pregunté-
-Claro. -Besó mi frente-

Y sin más, nos fuimos de allí. Julieta nos miraba algo sorprendida y un tanto confundida. Alex me llevó hasta casa. En el camino no dijimos nada. Cuando me dejó en casa, me despedí de él y entré en casa. Dejé las cosas en mi habitación y me puse a estudiar. ¡Que vida más dura!

El viernes llegó. No había hablado con David ni con Carlos durante toda la semana. Me tenían abandonada o simplemente se habían olvidado de mi. No he vuelto a hablar con Julieta y Serena se me acerca de vez en cuando para que perdone a Julieta, cosa que no voy a hacer. Con Laura tampoco había hablado más desde aquel día, aunque la chica me caía bien, era una chica demasiado tierna. Estábamos en el intercambio de clases y, antes de que alguien se fuera, aproveché para subirme a la mesa y llamar la atención de todos.


-Hola, hola. -Todos me miraron- Como ya sabéis, este sábado es mi cumpleaños, ya sabéis, la misma fiesta en el mismo lado. -Los miré- Este año será diferente porque no lo voy a celebrar, lo que significa que no estáis invitados. Bueno, pues eso. Este año no hay fiesta.
-¿Como es que no vas a celebrarlo?-Me dijo Laura dándose la vuelta para mirarme-
-No tengo ganas -Hice un puchero-
-Siempre hay que celebrarlo. -Sonrió algo triste-
-Celebrar que? Que cada año te haces más vieja? -Bufé-
-Vas a cumplir dieciocho... alegrate.
-Nah, no creo. A demás, conociendo a mis padres, harán alguna fiesta familiar y esas cosas. -Rodé los ojos- Oye... podrías venir...
-¿Que? No...
-Porqué? -La miré con cara de perrito mojado-
-Porque no te conozco ni a ti ni a tu familia y sé que estaría apartada
-Te juro que no, porfa porfa porfa -Le rogué-
-Pffff -Bufó- Está bien. Allí estaré.
-Tomaaa -La abracé- Graciaaaas. Por cierto, no hace falta que me regales nada -Sonreí- Con que vengas me es suficiente.
-¿Como no te voy a regalar algo? No puedo presentarme sin nada.
-Si que puedes. -sonreí- Nos vemos mañana. ¿Vale?
-Está bien -Suspiró-

No me tocaban más clases con Lau. Así que me despedí de ella. El día se me pasó volando. Toda la mañana del sábado la pasé holgazaneando en mi cama. No tenía ganas de nada y, como no iba a celebrar el cumpleaños, podía permitírmelo.

-Mi bebé se hace grande -Dijo Dodo-
-Romina, no me llames bebé -La regañé- Ya no lo soy.
-Siempre serás mi bebé, hermosura -Sonrió- Apenas parece ayer que eras un bebé y hoy ya estás cumpliendo los dieciocho años -Sonrió con melancolía- No crezcas más -Me abrazó-
-Vas a hacer que llore -Sollocé- Te quiero mucho Dodo.
-Y yo bebé. Feliz cumpleaños -Me tendió un paquetito-
-No hacía falta que me dieras nada Dodo... sabes que no quiero regalos -Hice una mueca-
-Este se que te va a gustar. Ábrelo, pero con cuidado.

Lo abrí con cuidado y allí estaban dos entradas de concierto. Miré a Dodo y volví a mirar las entradas. Eran dos entradas para el próximo concierto de Auryn, con el meet incluido. Volví a mirar a Dodo y me eché encima de ella. Era la mejor.

-Dios, te adoro Dodo. -Besé su mejilla-
-¿A caso crees que esta vieja loca no cree conocerte? Te conozco mejor que a mi propia hija -Suspiró-
-Gracias, gracias, gracias. -Besé su mejilla infinitas veces-
-Ya niña, vas a desgastar mi mejilla y la necesito. -Me separé y la miré-
-Mejor no voy a preguntar para que la necesitas -Soltamos una pequeña carcajada-
-Anda, vete a tu habitación y mira lo que te vas a poner para esta noche. Ya sabes que tus padres tienen un plan B por si no quieres celebrar el cumpleaños.
-El mismo de cada año -Rodé los ojos- ¿No puedo ir con chandal? Ya sabes, con mucho swag -Moví los brazos y ambas estallamos a carcajadas-
-Ni se te ocurra -Se puso seria de golpe-
-¿Me ayudas a elegir? -La miré con ojitos de perrito-
-Está bien -Sonrió-

Subimos a mi habitación y empezamos a mirar todo lo que tenía. ¿Desde cuando tenía tanta ropa? No me acuerdo ni de haber comprado la mitad de ella. Bueno, si, pero como siempre estoy de compras, no me acuerdo de lo que compro o lo que no. No me sorprende hasta que llegue a aparecer vestidos o pantalones repetidos. Soy un completo desastre. Sacamos un montón de camisetas, vestidos, pantalones, shorts, faldas... de todo. Sabía que tenía que pedirle consejo a Dodo con la vestimenta, ya que ella tenía un buen gusto. Nos quedamos entre varias opciones. Un vestido de color salmón, con un hombro descubierto. Un vestido negro con lentejuelas. Un vestido dorado sin mangas. Un body blanco con una falda roja. Un body de azul con flores y unos pantalones largos. Un vestido rosa con la falda negra. Miramos los zapatos. Tenía un montón. Zapatos negros, zapatos rojos, zapatos dorados, zapatos marrones, zapatos con purpurina, zapatos planos, botas, botines... ¡Y más de a mitad no los usaba! ¿Que voy a hacer con mi vida? Vaya desperdicio de dinero.

Me anduve probando todo lo que tenía encima de la cama, y al final opté por el body blanco y la falda roja con unos tacones marrones, altísimos. La falda era larga, llegaba hasta el suelo y yo sabía, que esa falda me llegaría a traer complicaciones si bebía esta noche. Pero poco me importaba. Es mi cumpleaños y son mis dieciocho. Tengo derecho a emborracharme hasta que pierda la consciencia.



*





Eran ya las nueve de la noche, así que decidí empezar a prepararme. Me duché, me sequé el pelo, me puse la ropa interior, me introduje dentro del boddy, con cuidado y me puse la falda. Me senté en mi tocador y me quedé mirando en el espejo. ¿Que iba a hacer con mi pelo? El body era abierto por detrás, enseñaba toda la espalda y con ello, enseñaba mi nuevo tatuaje. Si, lo mejor será que me haga un moño. Pero no un moño de esos bien echos, si no un moño de aquellos despeinados que te da el toque elegante y sexy a la vez. Encendí mi portátil y busqué como se hacían esos moños. Youtube sirve para algo. Después de tragarme varios videos, más o menos sabía lo que hacía. Empecé a hacerlo, echando laca cada dos por tres, para que todos los pelos se mantuvieran en su sitio. Cuando acabé, me dejé dos mechones caer por delante de mi cara, así que conecte la planchita de los rizos, para que se calentara mientras me maquillaba. Me puse un poco de mascarilla, delineé mis ojos, puse sombra de un color dorado y me puse el rimel. Le di un poco de color a mis mofletes y pinté mis labios de un rojo oscuro. Cogí la planchita y ricé los dos mechones. Lista, estaba lista. Guarde todo en mi bolso de mano, cogí mis tacones en la mano, ya que llevaba las bailarinas puestas y bajé. 


-Estás preciosa, princesa. -Papá me abrazó-
-Estás echa ya toda una mujercita -Mamá besó mi mejilla-
-Gracias, pero no hagan sonrojarme... -Tapé mi cara- ¿Vamos?
-Claro -Dijeron a la vez-
-Eh, hermanita, esta noche Alex te hará suya -Me guiñó el ojo-
-Cierra el pico Ivo.
-Oh, si yo no fuera tu hermano, esta noche me lanzaba. -Le pegué una colleja-
-Ten un poco de respeto, imbécil. Me das asco.
-Sabes que eso es mentira, hermanita. -Sacó la lengua-
-Por desgracia, si. -Bufé-


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@smileerauryn






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